Muchos «rockeros» dejan la música de lado por conservar un «trabajo seguro» y «bien pagado». Y pocos oficinistas u obreros dejan su sustento por entrar de lleno en los guitarrazos… Por otro lado hay quienes no han tenido opción y penden de los hilos que el sustento de la música les brinda, y de su propia iniciativa.
Todos los que entramos en este laberinto de alguna manera estamos consientes de que vivir de lo que amas no es algo que se da tan fácil. Tienen que aguantar pasar hambres y luchar en un camino lleno de incertidumbre, en el que las cosas se irán escribiendo conforme al empeño y la dedicación de la misma banda. Ya que los resultados serán notorios en la misma medida en que cada uno de los integrantes se comprometan. Pues si no están preparados para “sufrir” un poco el derecho de perseguir su sueño, entonces es mejor que se queden en la comodidad de algo que si les reditúe. Porque esta vida se alimenta de esperanza, pero la panza no.
La fama y los logros son efímeros, así como los «amigos», socios y aliados. Y el tiempo transcurrido en este ambiente nos lo demuestra cada vez con más intensidad. Con la conciensia de que si en algun momento fuiste un pilar que ayudo a subir a alguien, más adelante quedarás rezagado a un escalón en su trayecto. No imprta que lo hayas hecho de buena fé o no.
Quizás este testimonio sea sinónimo de la biografía de muchas bandas o músicos en particular. El caso es que el precio de este ritmo de vida se paga con un pagaré en blanco y firmado con anticipación… y retirarse o rendirse purga un tormento.
La realidad es cruda, pero hacer lo que amamos no tiene precio.
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Por Tonny Alemán
Monterrey Under 
el chiste no es llegar hasta arriba, si no quedarse ahi toda la vida, pero es dificil, dificil poder llegar.
jajajaja, con madre la colaboraciòn de alex lora!!!!
saludos!!!!!